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KAMPALA, CUATRO CIUDADES EN UNAPublicado el Lunes 02-04-2012 - (0 comentarios)Estación de ´matatus´ (furgonetas) en Kampala El primer punto en nuestra ruta por Uganda fue Kampala, su capital. Lo cierto es que no teníamos ninguna idea preconcebida de esta ciudad, y siempre que eso sucede, de alguna manera surgen ganas de acabar con la incertidumbre, y el deseo por conocer el lugar es mayor.
Kampala nos pareció, a primera vista, diferente. Y ahora, mientras escribimos estas líneas, que ya hace días que hemos dejado esta ciudad, el mismo adjetivo le adjudicamos.
Es curioso porque la mayoría de veces que vamos a un lugar nuevo, hay algo que nos recuerda a otro lugar. Siempre podemos encontrar alguna similitud con un sitio anteriormente visitado. Con Kampala no sucedió esto. Kampala no nos recordó a nada... por eso insistimos en que nos pareció diferente.
Quizás influyó el hecho de que a pesar de que es una ciudad de casi un millón y medio de habitantes, mientras estábamos en la terraza de nuestro hostal, se divisaba a no mucha distancia otra parte de la ciudad, un montón de casitas situadas en unas colinas de arena de un color anaranjado muy pronunciado. Diríamos incluso que dependiendo de la luz del sol, aquella parte de ciudad se tornaba rojiza. Un contraste total con, por ejemplo, el bellísimo color verde del enorme parque natural que se asomaba justo al lado del centro comercial al que fuimos en busca de cosas que necesitábamos.
Donde también encontrábamos un gran contraste, fue entre la parte nueva de la ciudad y la parte antigua. Dos mundos diferentes, totalmente.
Pero lo que era común en todos los lugares, ya fuera en las colinas anaranjadas, en los inmensos parques de color verde, en la parte gris de la ciudad nueva y en la parte marrón de la ciudad vieja, eran los enormes pajarracos, llamados marabú, que parecían invadir la ciudad. Infinidad de nidos de estos pájaros de figura tenebrosa y desgarbada, se hallaban en los árboles que secundaban la calle principal.
De movimientos torpones y de andares bien curiosos, una vez le pierdes el miedo primerizo que provoca a primera vista, realmente son bastante graciosos.
Aquellos días visitamos las Tumbas de los reyes de Buganda en Kasubi, que son patrimonio de la UNESCO desde el 2001... y siguen siéndolo a pesar de que hace un par de años se incendiaron y se destruyeron por completo en un acto terrorista.
O sea que quizás no valió la pena ir a verlas... (por si tenías pensado hacerlo).
Nuestro siguiente punto de la ruta era el Lago Bunyonyi, y llegaríamos allí con un autobús que íbamos a coger en la estación de buses de la ciudad, un lugar especialmente caótico, con incontables furgonetas y autocares. Y aquel espectáculo, adornado por incesantes bocinas, contrastaba de nuevo con las otras tres partes que habíamos conocido de Kampala.
Vida diaria en la ciudad
Reproducción de una casa de la realeza Bugandesa
Reproducción del interior del tejado de una casa de la realeza Bugandesa
En la copa de un árbol, los marabues, una especie de pájaro
Un marabú en el centro de la ciudad
El centro ´viejo´de la ciudad de kampala
Ésperando a nuestro autocar
Estoy orgullosa de tener un marido con la circumcisión, ya que tenemos menos posibilidades de contagiarnos con el sida.
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