ERRORES QUE COMETIMOS EN FORT PORTAL
Publicado el Sábado 21-04-2012 - (0 comentarios)Viajar es como el fútbol. Si no cometes errores, tienes muchas posibilidades de no perder. Nosotros nos consideramos viajeros prudentes, e intentamos no cometer errores... pero a veces lo hacemos, como aquel día en Fort Portal, Uganda...
Estábamos indignados... después de ya casi dos meses en África, de ver cómo la mayoría de cosas interesantes valían un dinero que nosotros no podíamos pagar.
Empezando por Kenia, donde visitar los parques nacionales puede costar más de 150 € al día. También en Uganda, en Bwindi, donde para ver gorilas se deben pagar 400 € para estar una hora con ellos. Y ahora habíamos llegado a Fort Portal, y en el Parque nacional Kibale, cerca de la ciudad, nos pedían 130 € de entrada para ver a los chimpancés.
Nuestra indignación se juntó con el hecho de conocer a dos intrépidos viajeros, Roman y Cira.
Sí, lo decidimos. Nos íbamos a colar. Un Parque Nacional no es una discoteca en donde sólo hay una puerta de entrada.
Así pues, al día siguiente, estábamos los cuatro preparados. Penetrar en el Parque Nacional fue extremadamente fácil. Lo que ya no fue tan fácil fue encontrar chimpancés. La selva era extraordinariamente espesa. Vimos infinidad de nidos de chimpancés en los árboles... pero a ninguno de ellos.

La cosa se complicó un poco cuando empezamos a ver huellas de elefantes. Sabemos a ciencia cierta que los elefantes no son peligrosos cuando van en manada, pero dicen que lo son, y mucho, cuando van solos.
A partir de entonces un ligero nerviosismo nos sacudió. No podíamos dejar de controlar las huellas que veíamos en el suelo. De igual manera observábamos los excrementos de elefante... algunos estaban frescos... El elefante o los elefantes estaban cerca.

Finalmente emprendimos el camino de vuelta. Y cuando ya estábamos en la salida, nos encontramos con una serpiente rarísima, con los ojos y la lengua lilas y unos cuernos muy peculiares.
-Seguramente es venenosa- afirmamos.
El dato quedó contrastado cuando llegamos a nuestro hostal y buscamos información en Internet. Resultó ser una víbora rinoceronte, catalogada como muy venenosa. Un amigo de Facebook nos comentó que él la conocía como la serpiente de los tres pasos… ¿Serán los pasos que puedes dar antes de morir una vez te ha picado?
Instantes después, alguien consiguió erizarnos el vello cuando nos dijo que en el Parque Nacional en que nos habíamos colado habitaban leopardos...
Fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de la barbaridad que habíamos hecho. Nos habíamos colado en un parque donde había elefantes, búfalos, leopardos y serpientes venenosas...

Al día siguiente elegimos una actividad menos arriesgada, visitar los lagos de la zona. Y allí, disfrutando de un día de relax, rememoramos el día anterior sintiéndonos afortunados por pensar que no siempre los errores se pagan.

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