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GORILAS EN BWINDIPublicado el Viernes 27-04-2012 - (0 comentarios)
Entrada del Parque impenetrable de Bwindi¿Es justo que tengamos que pagar por admirar la naturaleza? ¿El dinero que los turistas pagan en los parques naturales se destina a la conservación de los mismos? ¿Sirve para la protección de las especies en peligro de extinción? ¿La comunidad gana algo en esa transacción?
Estas son algunas de las preguntas que nos hicimos cuando confirmamos el precio de una visita de una hora en el Parque Impenetrable de Bwindi para avistar al gorila de montaña, actualmente en peligro de extinción. Quinientos dólares por persona, unos cuatrocientos euros. Estaba claro que esta vez, por desgracia, no íbamos a poder conocer a esos parientes lejanos con cerca del 98% de ADN idéntico al nuestro.
Llegamos a Buhoma, una de las aldeas junto al Parque Nacional, tras un viaje infernal en furgoneta junto a “n” ugandeses. La ventaja fue que de tan apretujados que íbamos no nos movían ni los tremendos baches del camino. Dos pinchazos y ocho horas de viaje, fueron la carta de presentación del lugar. Ya entendíamos porqué la mayoría de turistas llegan a Bwindi en avión y luego en transporte privado cuatro por cuatro.
De hecho, antes de llegar ya sabíamos que no podríamos hacer la visita a los gorilas. Pero nos quedaba alguna esperanza de verlos “por error” durante el trayecto o en el poblado. Al fin y al cabo, los animales no entienden de barreras impuestas por el ser humano… No tuvimos suerte, y nos tuvimos que conformar con un paseo por los alrededores entre plantaciones de té y plataneros.
No tenemos respuesta a las preguntas planteadas y, en todo caso, preferimos dejar un espacio abierto para el debate. Personas que conocimos y que trabajan en los parques nacionales de África del este nos manifestaron sus sospechas sobre dónde va a parar el dinero recaudado. Y éstas apuntan casi siempre al beneficio de unos pocos poderosos. En cuanto a la protección de los animales, está claro que esas personas económicamente beneficiadas ponen interés en ello, pero… ¿será suficiente para la supervivencia de esta especie?
El gorila se ha visto amenazado tanto por los cazadores furtivos, como por los conflictos armados, como por la destrucción de su hábitat natural. El tiempo dirá si, a pesar de todo ello, consigue seguir en este mundo… Albergamos la esperanza que estos maravillosos seres sigan habitando el bosque impenetrable de Bwindi y que futuras generaciones puedan conocerlos en libertad.

El primer pinchazo del viaje!

Una señora lleva un racimo de platanos en Buhoma.

Unos vendedores pigmeos nos enseñan como hacer fuego con unos enseres de madera.

Colmenas de abejas en Buhoma, cerca de Bwindi.

Trabajadores recolectando hojas de té.
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