EL CRÁTER NGORO NGORO, UN LUGAR DIFÍCIL DE OLVIDAR
Publicado el Jueves 17-05-2012 - (1 comentarios)Hay pocas cosas en el mundo que puedan impresionar tanto como el cráter Ngorongoro, la caldera intacta más grande del mundo. El cráter mide unos 20km por 21km, con una extensión de 264Km², ocupando el 3% del total del Área de Conservación de Ngorongoro.
El paisaje de este lugar, ya de por sí, es de una belleza extraordinaria. Sólo por eso merecería una visita. Pero resulta que lo realmente increíble de este lugar no es ni siquiera eso, sino la cantidad de fauna que lo habita.

El cráter Ngorongoro está considerado el lugar más reducido del mundo en el que se pueden encontrar los llamados Big Five (los cinco grandes), es decir, leones, búfalos, elefantes, rinocerontes y leopardos. Nosotros, en un día de safari, los vimos a todos a excepción del leopardo.

Fue un gran esfuerzo económico por nuestra parte poder realizar aquel safari. Tras días y días de búsqueda, intentando encontrar la opción más barata para poder visitarlo, al final encontramos la manera de que fuera asequible para nuestro maltrecho bolsillo.
En lugar de organizar el safari desde Arusha, nos desplazamos en transporte público hasta la localidad de Karatu, la más cercana al cráter. Allí alquilamos un jeep con conductor (160$), que compartimos con Román y Cira, la pareja que habíamos conocido en Uganda.
Para reducir costes de la entrada diaria del parque por persona y vehículo (50$ y 200$ respectivamente), lo haríamos en sólo un día, cruzando los dedos para que pudiéramos ver el mayor número de animales posibles. Salimos a las 6 de la mañana, para así poder estar tan pronto abrieran las puertas en el parque nacional.
Al final, todo nos salió por unos 140$ por persona.

Aquel día lo recordaremos durante toda nuestra vida. Vimos leones, rinocerontes, hipopótamos, nyus, cebras, avestruces, elefantes, hienas, chacales, gacelas, flamencos, infinidad de aves y, distinguido animal allá donde los haya, el mono de los huevos azules (imprescindible ver foto).

Mentiríamos si no dijéramos que, ante todo, lo que aquel día queríamos ver eran leones. Es nuestro animal favorito, y todavía no lo habíamos visto antes. El día anterior le preguntamos al chófer si había muchas posibilidades de verlos. Nos dijo que era probable, pero no podía asegurar nada.
Nunca olvidaremos aquel momento en que vimos aparecer dos machos detrás de una colina, dirigiéndose hacia nuestro coche. Pasaron a un metro de nosotros, y pudimos oír su agitada respiración. Probablemente venían de cazar y por eso su semblante cansado y sus jadeos.
Hay momentos en la vida de una persona que son inolvidables. Aquel momento, para nosotros, es uno de ellos.


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