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NAGARKOT, NO TENEMOS FOTOS DEL PARAISOPublicado el Martes 13-10-2009 - (0 comentarios)Trabajando en el cielo Hay lugares que son un tesoro para el viajero. Son especiales, tienen algo que los hace ser magnéticos, adictivos, relajantes… tienen algo que te hace sentir como que perteneces a ellos, que te hace sentir en casa.
Son lugares que se descubren, algunos dicen que por casualidad otros dicen que por medio del mágico destino, o bien de la mano alguna querida alma viajera. Casi nunca se llega a ellos a través de una fría reserva de Internet o de una guía de viaje, por mucho que sea la Lonely Planet.
Son lugares en los que te sientes tan a gusto que olvidas todo lo exterior, que estás de paso y que algún día tendrás que dejarlos. Allí dejas de ser viajero, y por eso ya ni siquiera haces fotos, ¿para qué? Sería como asumir que sí, que estás de paso. No. Ni tan siquiera quieres pensar en ello… Además los sentimientos que vives en ese lugar no los puede captar ninguna máquina. Entonces, ¿para qué?
Esos lugares a veces se muestran en forma de albergue familiar en Nagarkot, Nepal. A veces tienen un nombre que lo dice todo. “Nirvana”: Quietud, paz, liberación espiritual… A veces se encuentran en valles impresionantes rodeados de montañas.
Esos lugares acostumbran a estar regentados por familias encantadoras, personas auténticas con corazones enormes. Personas como Durba, como Sanjai o como Sunnita, por ejemplo. Sabes que para ellos no eres un cliente, por eso te sientes en casa. Comparten contigo sus ilusiones, sus proyectos, sus vidas, grandes conversaciones y, algunas veces, eternas partidas de ajedrez.
Los viajeros que pasan por esos lugares siempre están más tiempo del previsto, aunque llueva, aunque la bruma impida hacer excursiones y ver más allá de tres metros de sus narices.
Porque son lugares que inspiran. Son lugares que te envuelven en un cálido abrazo.
No, esta vez no tenemos fotos que expresen cómo es este lugar.
Gracias Mariposa.
El Albergue Nirvana en Nagarkot
Una partida de ajedrez a la luz de las velas
Martin, otro viajero, haciendo rastas a Durba
El color de las flores rompía con los tristes días lluviosos
Paisaje en Nagarkot
Desde un mirador del camino
Detalle de un techo
Sanjai, observa el proceso
Decoración con mucho corazón
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