VOLVEMOS A SENTIR MARRUECOS
Publicado el 0 21-09-2015 - (2 comentarios)Volvemos a Marruecos con la sensación de volver a casa, a nuestro segundo hogar. Tras nuestra estancia aquí de seis
meses el año pasado, todo nos parece familiar. Vamos recuperando pequeños fragmentos de nuestra memoria que ni siquiera sabíamos que
existían, pues formaron parte de nuestra cotidianidad, algo a lo que desgraciadamente a veces no le prestamos demasiada atención. Nos
solemos acordar mejor de los momentos 'extraordinarios', 'diferentes', como si el resto de nuestra vida (de hecho la mayor parte) careciera
de valor.

Las cosas cambian bien poco en un año, y a veces tenemos la sensación de que el tiempo se ha detenido en nuestra ausencia. La gente nos
saluda, como si para ellos no hubiera pasado ni un día tras nuestra marcha. Pero ha pasado un año, un año lleno de nuevas experiencias,
cargado de vida, cargado de tiempo.

Volvemos a sentir Marruecos. El azul intenso de su cielo, el terracota de las casas, los vivos colores de chilabas y velos.

Volvemos a sentir Marruecos. La calidez y sequedad del aire que envuelve nuestra piel, el suave tacto del jabón negro en el
hammám.

Volvemos a sentir Marruecos. Sus lenguas: el dariya, el tamazigh, el francés... , acentos que ya nos son familiares. La llamada al rezo del
muecín que entona fervorosamente alabanzas a Dios.

Volvemos a sentir Marruecos. El olor de las especias, el perfume que deja el revuelo de un velo a su
paso. Rosas, ámbar, almizcle, bergamota, azahar...

Volvemos a sentir la explosión de estímulos en los zocos. Una agradable locura, la belleza caótica de las calles estrechas y
atestadas.

Estamos en Marruecos y volvemos a sentir.

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