LA FIESTA DEL CORDERO EN MARRUECOS
Publicado el Jueves 08-10-2015 - (0 comentarios)La fecha se acercaba. En las calles cada día se veían más corderos y carneros siendo transportados de formas diversas. Cada cual como
podía: camión, remolque, coche, taxi, motocarro, motocicleta, carretilla... Los más humildes llevaban al animal en brazos.

Durante las últimas semanas, en los grandes supermercados se habían montado corrales temporales, donde las bestias eran expuestas
para su compra.
Las grandes superficies de las afueras de Marrakech lo habían hecho al aire libre en frente de la entrada, los
supermercados de dentro de la ciudad, en el parking subterráneo. El trajín en las zonas comerciales anunciaba que una gran fiesta se
estaba cociendo. Una fiesta en que el cordero sería el invitado especial, aunque probablemente éste no lo supiera.
A medida que pasaban los días, el balar de los animales se hacía más frecuente.

Aid al-Adha, la Celebración del Sacrificio, o Aid-al Kebir , la Fiesta Grande, o Aid
Mubarak, la Fiesta de las Bendiciones, o, simplemente, como la conocemos en tierras cristianas, la Fiesta
del Cordero, es la fiesta principal para las personas musulmanas. Hay quien la compara a las Navidades. Es
una celebración que la gente en Marruecos vive con mucha emoción, en familia, y en un clima de hermanamiento y perdón. Tras ir a la
mezquita para la oración del Aid, las familias llevan a cabo el sacrificio del animal mediante un ritual concreto y el método
Halal, que tiene el objetivo de lograr mayor higiene de la carne y minimizar el dolor y la agonía del animal. La carne se divide en
tres partes: una es para quien dona el animal, otra para compartir con los parientes y, la tercera, para compartir con la gente más
necesitada.
Se celebra setenta días después del fin del Ramadán y tiene un gran significado en el Islam: la fe y fidelidad absoluta hacia
Dios. De hecho, conmemora el pasaje del Corán (y la Biblia) en el que Ibrahim (Abraham) se dispone a sacrificar a su hijo
obedeciendo a Dios y, justo en el momento en que lo va hacer, éste lo detiene y sustituye al hijo por un cordero.

Llegó el día. Eran las ocho y media de la mañana. Un extraño ambiente planeaba sobre la ciudad de Marrakech. Ni un alma en la calle, sin
coches que circularan...
Un silencio fantasmagórico.
El silencio de los corderos.

A continuación compartimos un video documental sobre la fiesta del cordero en Marruecos muy interesante:




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