LA MAGIA DEL DESIERTO
Publicado el Jueves 10-07-2014 - (6 comentarios)Siempre nos hemos preguntado por qué la mayoría de personas sentimos fascinación por el desierto. Aparentemente nada tiene de especial… sólo arena, piedras y polvo. Sin embargo, hay algo mágico en el desierto que hace que, en cuanto lo pisas, aflore en ti sentimientos lejanos… perdidos en la infancia, en los sueños o en la imaginación.

Nos pasó de nuevo al visitar el desierto Erg Chebbi, uno de los dos desiertos de dunas de Marruecos. Volvimos a ser niños, para chillar a los cuatro vientos que estábamos allí, que nos sentíamos vivos. Para abrazar la arena, revolcarnos en ella y sentir su suave tacto escurrirse entre los dedos.

Si hay un desierto prototipo, ese es Erg Chebbi. Es el desierto que te imaginas cuando cierras los ojos. Dunas de arena de cientos de metros de altura; un color anaranjado áureo; formas redondas, sinuosas, femeninas.

Montados en un dromedario y balanceándonos con su peculiar forma de andar, pensábamos en el encanto del desierto. De nuevo nos había seducido. Quizás fuera de esas cosas que te ocurren cuando estás ante un fenómeno de la naturaleza. Sientes esa grandeza, te sientes parte de ella y, por eso, te sientes tan bien. La vida se ha parado aquí, ahora. No hay nada más importante que esto. El sol se esconde detrás de una duna y va desapareciendo el color naranja poco a poco. El cielo se va oscureciendo y comienzan a brillar millones de estrellas. Una preciosa cúpula para tan especial santuario.

En el campamento, las telas de colores de las haimas lo cubren todo. Volvemos a sentir que podemos ser felices con muy poco. ¡Cómo nos gusta viajar!

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