UN LUGAR ESPECIAL EN LOMBOK
Publicado el Sábado 09-12-2011 - (9 comentarios)El plan era recorrer Indonesia yendo hacia el este hasta acabar con nuestro visado de 2 meses. Desgraciadamente no pudimos llegar a agotarlos, pero de esto hablaremos más adelante… La cuestión es que íbamos a cambiar de Isla, ahora le tocaba el turno a Lombok, la vecina “fea” de Bali, pues parece que los turistas aun no han reparado demasiado en ella.

Decididos a explorar la Isla, alquilamos de nuevo una motocicleta y nos perdimos por el sudoeste… Los paisajes áridos nos dieron la bienvenida y el cielo se quitó el velo para enseñarnos su cara más azul. Pequeños pueblos de pescadores se alineaban en la costa de playas blancas bañadas por aguas que competían con el cielo por un color más lindo. Evidentemente comenzamos a buscar alojamiento en aquella zona, y la poca oferta unida a nuestra buena fortuna nos llevó a encontrar un lugar muy especial, la isla Gede.
Nos quedamos en uno de los dos alojamientos de toda la Isla, Madak Belo. Un hostal especial para un lugar especial, no podía ser de otra manera. Una pareja de franceses han creado este lugar, en busca de su sueño por una vida feliz. Quizás fue por ello que sólo desembarcar en la playa blanca, sentimos que allí estaríamos bien.
Recordaremos siempre nuestros paseos por la orilla desierta, descubriendo los increíbles tesoros nacarados que le sobraban al mar y nuestros baños haciendo malabarismos para no pisar hermosas estrellas de mar.

Nos marchamos de allí queriendo volver… Pero pronto llegaríamos a una de las mejores playas que conocemos, un buen antídoto para la añoranza, Tanjung Aan. A unos tres kilómetros del pueblo de Kuta, incomprensiblemente esta playa se encuentra casi desierta formando una bahía de un blanco deslumbrante y de aguas calmadas de color turquesa. Tenemos la triste certeza que esta maravilla no puede durar mucho tal y como está, pues justo en el momento que estuvimos allí se inauguró el flamante nuevo aeropuerto a escasos kilómetros de allí, una declaración de intenciones inequívoca respecto al turismo de masas. Ojalá nos equivoquemos.

La Isla Meno, la menor de las llamadas Islas Gili, fue el último punto de visita en Lombok. Y aunque empieza a ser un lugar más explotado por el turismo, no se puede negar su belleza. Allí en una de las cabañas junto al mar, contemplando la puesta de sol y adivinando la silueta del volcán Rinjani, decidimos volver a Bali y dar por acabada la aventura en Lombok. Teníamos que ir al médico y el único Hospital de confianza se encontraba en la capital balinesa. Pero esto ya forma parte de la siguiente historia…


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