La ciudad azul, la ciudad rosa… Jodhpur y Jaipur fueron las siguientes paradas de nuestro viaje por Rajastán.
La magia de lo inesperado seguía haciendo aparición en nuestro camino. Encantadores de serpientes, palacios flotantes y extraños animales en los lugares más insólitos son algunas de las imágenes que captaron nuestras máquinas fotográficas y que, ahora que las vemos de nuevo, nos resultan aún más inverosímiles, casi surrealistas.
Los fuertes y los palacios de los Maharajá nos descubrieron un mundo pasado de lujo y ostentación que antes sólo hubiéramos creído pertenecientes a leyendas y mitos orientales.
Quizás de aquí a un siglo otros viajeros visiten las fabulosas mansiones de los hoy poderosos de la India. No serán Maharajá ni príncipes… pero en el fondo, el cuento es el mismo.
Nuevas experiencias nos llenaron la memoria: Nuevos sabores, nuevas sensaciones, nuevos perfumes… el estado de relajación y bienestar al que llegamos tras el masaje ‘ayurvédico’, el sabor especial del ‘lassi’ de azafrán, o las amables y abiertas gentes con las que nos cruzamos en nuestras visitas.
No contamos más, a veces las imágenes dicen más de lo que nosotros somos capaces.
Torre del reloj
Tenderete de brazaletes
En el parque, una señora nos enseña el detalle de sus manos
En Amber, subimos al fuerte en elefante
De noche en el fuerte de Jodhpur
Vista nocturna de la ciudad azul
Un vigilante del museo
Turistas locales en el fuerte de Jodhpur
María, haciendo amigos
Vista del fuerte de Jodhpur
Palacio Hama Mahal
La muralla del fuerte de Jaipur
En el palacio de los vientos, con parte del grupo
Un buey y dos monos...¡encima de un templo!