¿Conoces uno de aquellos lugares en los que sólo llegar ya sabes que allí estarás bien? Port Barton fue uno de esos lugares para nosotros. Un pueblo de pescadores, una playa bonita y punto. No tiene ningún atractivo que lo haga un punto imprescindible de la ruta turística. Precisamente fuimos allí por este motivo, buscando un lugar poco transitado y tranquilo en el que poder disfrutar de la vida “normal”, sin una agenda viajera que seguir.
Uno de esos días mientras paseábamos por la playa, vimos una parcela de tierra en venta justo frente al mar. Nos miramos con una sonrisa maliciosa en los labios:
-¿No sería un mal lugar para vivir, verdad?- dijo Xavier mirando las palmeras que sobresalían de la propiedad.
- Sería un lugar perfecto… ¿pero por qué quedarnos sólo con este lugar? Tenemos todo el planeta lleno de lugares perfectos para vivir- dijo Carme mientras parecía encontrar sentido a sus propias palabras.
- Mmm… tienes razón. El no tener ese trozo de tierra nos da mayor libertad para volver aquí o ir a cualquier otro lugar del mundo- dijo Xavier mientras arrancábamos de nuevo el paso.

Atardecer en la Playa de Port Barton

Arbol de Navidad de bambú en la playa de Port Barton

Vista de la playa

Animales de granja en Filipinas.