SALTA, UNA ASIGNATURA PENDIENTE Publicado el Miércoles 29-08-2012 - (0 comentarios)
La recta del Tintin, de 18 km de longitud, de camino a Cachi
Visitar Salta y Jujuy era una asignatura pendiente que teníamos desde hace años.
En nuestra primera visita a Argentina, allá por 2005, después de más de 2 meses recorriendo el país tuvimos que marchar. Nos faltó el norte... y siempre nos quedó esa espinita clavada.
Por fin íbamos a saldar esa cuenta. Una buena mañana, en la estación de Retiro de Buenos Aires, partió nuestro tren hacia Tucumán, paso intermedio para llegar a Salta. Era nuestro primer trayecto en tren en Argentina. El viaje, de más de 24 horas, fue un poco duro pues los asientos no eran reclinables.
El tren es quizás el medio de transporte que nos resulta más mágico de todos ellos, por eso siempre que podemos viajamos en él. Este trayecto hacia Salta fue muy curioso... las caras de la gente tenían rasgos muy diferentes a lo que estábamos acostumbrados. Con facciones más indígenas y de piel más tostada, parecía difícil pensar que estábamos en Argentina.
Como el tren es el transporte más económico para ir hacia el norte del país, también es con el que viaja la gente más humilde. Especialmente en el vagón de la clase más baja, donde compramos nuestro billetes ya que eran los más baratos con bastante diferencia.
Llegamos de buena mañana a Tucumán. Allí le preguntamos a una señora qué autobús tomar para ir a la estación de autocares. Sin casi darnos cuenta, nos metió dentro de un taxi que ella pagó, y encima nos obsequió con una bolsa de pastas típicas de la zona. Empezábamos a recordar por qué nos habíamos enamorado de Argentina la otra vez que estuvimos.
Una vez en Salta fuimos a parar a un hostal de aquellos que recordaremos de por vida. Eso sucede cuando el alojamiento tiene tanta personalidad que queda automáticamente ligado a la ciudad que se visita. Parte de la culpa fue de Luis, un empleado muy divertido con el que congeniamos rápidamente. Fue él quien nos llevó a la Casona del Molino, donde pasamos una de las noches más bonitas de todo el viaje. En un local hermoso y muy bohemio que pertenece a una peña, vivimos una noche de cantos regionales y vino. En cada sala de la peña, los clientes tocaban la guitarra y cantaban, y algunos, con voces increíbles, nos regalaron la magia de unas cuantas horas de éxtasis musical (ver video abajo).
A Salta se le llama 'Salta la linda' y no seremos nosotros los que digamos que el sobrenombre no es acertado. La ciudad de Salta tiene más de medio millón de habitantes, lo que nos sorprendió pues pensábamos que era una población pequeña. El caso es que a pesar de ser una gran ciudad, conserva un ambiente agradable y pausado. La arquitectura es preciosa, y en un paseo a pie se puede subir al cerro San Bernardo donde se puede disfrutar de unas vistas panorámicas del lugar.
Pero lo que realmente disfrutamos de Salta fue la ruta que hicimos para recorrer la zona de la provincia homónima. Con un coche que alquilamos junto con una pareja de franceses, Florián y Melanie, y una chica holandesa, Flor, nos fuimos para hacer la ruta que nos debía llevar primero a Cafayate, después a Cachi y luego de vuelta a Salta.
Lo cierto es que fue un 'Road trip' asombroso. Lo difícil era no parar cada dos por tres para observar el paisaje. La Quebrada de las Conchas, el Parque Nacional de los Cardones, la Quebrada de las Flechas... todo era un espectáculo inimaginable.
En Cafayate, además, fuimos a visitar un par de bodegas. Allí degustamos un vino blanco excelente producido en la zona, el Torrontés. Nunca habíamos hecho una degustación de vinos a las 10 de la mañana... a eso se le llama empezar el día con alegría.
El caso es que maldecimos que el alquiler del coche fuera tan caro (70 Euros por día), porque si no hubiera sido así, nuestro 'Road Trip' hubiera durado mucho más. Especialmente porque creemos que El Cafayate y Cachi son dos pueblos en los que merece la pena pasar más tiempo.
Veníamos de África... eso influyó a que en los pocos días que llevábamos en Argentina nos sintiéramos muy cómodos, viendo lo fácil que era viajar por aquellas tierras. El mismo idioma, gente entrañable que te recibe con una hospitalidad increíble... y, por qué no decirlo, un vino riquísimo.
Centro de Salta
Una iglesia en Salta
Vista panorámica de la ciudad de Salta
Con Ana y Diego, que nos dieron mucha información de la zona
En la Casona del Molino, una noche mágica
La bodega LaBanda, en Cafayate
Degustación de vino a las 10 de la mañana
Paque Nacional de los Cardones
Una vista espectacular en el Parque Nacional de Los Cardones
En la Quebrada de las Conchas
En la Garganta del Diablo, de camino a Cafayate
La Quebrada de las flechas
Una foto que da mucho juego debido a unos espejos que hay de camino a Cachi