Para nosotros, un libro de viajes no ha de ser unas hojas donde alguien explica cómo se transporta por el mundo, sino algo más. Relatar los lugares ya lo hacen las guías.

Un libro de viajes ha de ser como una ventana al corazón del viajero, donde el lector se pueda asomar y ver qué siente la persona que viaja, qué emociones le transmiten las gentes y lugares que descubre.

Un libro de viajes tiene que llevar consigo también un aprendizaje, para que el acto de leer no se quede sólamente en un pasatiempos, sino en una manera de conocer y aprender, de sentir, de experimientar, de crecer...

Con esa idea nosotros hemos escrito nuestros tres libros.
Creemos que lo hemos conseguido, y el mayor beneficio de haberlos escrito no es ni de lejos el hecho de que hayamos vendido más de 2500 ejemplares, sino el placer de sentir que, de alguna manera, hemos contribuido a difundir unos valores, unas emociones, unos sentimientos.
Y no hay mejor sensación que la de haber podido dar al mundo lo mejor de nosotros.

Si quieres saber más de nuestros libros, puedes descubrirlos en los siguientes links:
Todo al 69
Pasaporte hacia ningún lugar
Diario de viaje de un viaje diario